Al leer el título que he utilizado para tocar el tema que haré mención estoy consciente que entro en un campo debatible, de interrogantes, y hasta quizás de cierto apresuramiento.
Pero si la vida tiene todos estos condimentos que hago mención, mucho mas los tiene el fútbol, así que ya detallaré a que me estoy refiriendo.
Cada equipo cuenta obviamente, dentro de su nómina, con jugadores que se vuelven imprescindibles, que su juego y su grado de incidencia modifica el desarrollo del colectivo de su conjunto.
Y me quiero centrar en los equipos del Astillero y en ciertas piezas o jugadores que considero son gravitantes, o mejor dicho, más gravitantes que los demás en sus cuadros: en Emelec considero a Gabriel Achillier, Pedro Quiñonez y Fernando Gaibor y en Barcelona a Jose Amaya, Matías Oyola y Damián Díaz. Seis jugadores en total, cuyo desempeño es fundamental, basándome en su incidencia.
Ante el retiro de Fleitas y la salida de Morante de la zaga de Emelec, ese abanderado de la línea debe ser Achillier, por experiencia, nivel, rodaje, y ante todo por don de mando. Cuenta con el aval para hacerlo, además, agrego que es el único en mi criterio que no siente tanto la transformación individual cuando su club pasa de defender con 4 a con 3 en el fondo.
En el caso de Pedro Quiñonez, aparte de la capitanía, está en una ubicación que marca la salida del equipo, definiendo el contexto de la misma. Debe serenar su carácter muchas veces, que lo vuelve proclive a las tarjetas, y volverse ese jugador que maneje el volumen del juego azul, tiene ascendencia en el grupo y es respetado. Finalmente en el caso de Gaibor confío en que este año será el de su consolidación, tiene la técnica para ser uno de los ejes en la salida de Emelec, capacidad de desdoble, siempre laborioso en la marca y con buena precisión en el pase. No dudo que la selección pronto se beneficiará de su fútbol.
En Barcelona la aparición de Amaya ha otorgado un equilibrio a la zona medular, otorga y brinda posesión horizontal, con un altísimo porcentaje de pases acertados, controlando y tocando de primera, generando circulación y con el plus de su buena marca en el mano a mano. Me parece que lo del colombiano puede ser una grata aparición este 2012 en los amarillos y volverse clave en su oncena.
Creo que a Oyola la llegada de Amaya le permitirá soltarse, asociarse mejor con Díaz, el argentino, posiblemente compatriota en las próximas horas, es muy bueno en el control y en la tenencia, sabe usar su cuerpo para proteger el esférico y con un despliegue admirable. Puede y debe hacer un gran dúo junto al colombiano. Díaz es ese jugador diferente, aquel que se le da la libertad de crear arriba, de soltar toda su habilidad y técnica, a veces peca de individualista y exagera en ciertos lujos, pero es esa arma del pase vertical y quien alimenta a Mina y Luguercio. Cuando se entiende con Matamoros o MJ Quiñonez se observa un mensaje de bola al piso, de intento válido.
Lo que diferencia al jugador del GRAN jugador es su carácter, su incidencia, su temple, su nunca bajar los brazos, que cuando parezca que hay oscuridad ellos sean la luz de su equipo, ser esos jugadores que el hincha vea reflejado su sentimiento en ellos. La grandeza de Barcelona y Emelec así se lo exigen, no sólo se les pide su calidad, se les pide su corazón, esa arma que nunca debe fallarnos en la vida, ni en el fútbol.
Los dejo amigos con la clásica frase de cierre del editorial, en es te caso del DT Miguel Ángel Russo ¨Tiene tanto coraje el que se tira al pie del rival buscando ganar la bola como el que dice “dámela que jugamos¨.
Por David Aguirre
@davidaguirre1
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