Que
va primero? que trasciende más? los D.T. plantean desde su idea y la
transmiten o necesitan de las respuestas y formas individuales? el
D.T. sustenta al jugador o es el jugador quien sostiene al D.T. y su idea? Estas
son varias de las preguntas que me surgen desde la duda, desde ese escenario
que siempre nos plantea el fútbol y la vida: las interrogantes. Y el fútbol
como deporte en constante variación dentro de su desarrollo nos muestra
panoramas que nos van mostrando ciertas luces en medio de la tiniebla.Lo que no admite dudas creo yo es que el definitivo salto de calidad para un equipo lo imprime el sello del jugador, su don natural. Leyendo a Oscar Cano, un notable D.T. español, se concluye que la principal tarea del entrenador es guiar ese talento natural que ya tiene implícito el jugador en si. Claro esta, que se necesita de correcciones si se requiere pero nunca se debe cohibir o llevar al chico a que dude y más grave aun, tema tomar determinada elección con la idea que pueda venir la reprimenda de su entrenador. La clave radica en tomar esa materia prima existente (el jugador) y guiarla, protegerla, hacia lo que debe ser. Ese creo que es el gran éxito de los D.T.: lograr que el jugador sea lo que es.
Hay una disyuntiva planteada, y esa radica en el ego. Ese tan dañino ego que existe en varias de las ramas existentes en el mundo futbolístico (jugadores, entrenadores y ni se diga la prensa) en donde cada uno considera que tiene una verdad absoluta. Y en esa circunstancia el entrenador puede verse muy tentado a prohibir, a intentar dejar su ¨sello¨ y en ese intento lo que muchas veces ocasiona es la pérdida de un talento en pos de ser un jugador que no es. Para mi la tarea debe consistir en observar, observar y mirar , mirar y decidir cual es el camino para que ese jugador lo que tenga lo refuerce y los detalles que no comprenda enseñárselos, pero nunca desviar en pos de lo que queremos que sean sin ver sus características naturales. Lo señala Dante Panzeri en este notable párrafo ¨el jugador ha dejado de jugar para vivir. El jugador ha pasado a vivir para el negocio. Ya no vive con el fútbol. Sufre con el fútbol¨ . Lo dijo Panzeri hace más de 40 años y sus palabras perduran y retumban aún, con esa fuerza que toman las palabras que son certezas.
Marti Perarnau, en su notable libro Senda de campeones , señala que al jugador de las inferiores del Barca más alla de exigirles precisión en la acción se les enseña a decidir, a tomar la capacidad por si mismos de saber por donde pasa la elección más oportuna. El escenario es otro: no hay castigo si fallas un pase, no hay reprimenda. Dejarte ser, previo a que sepas cuales decisiones puedes tomar. Guiarte, con una base. El jugador es aquel que tiene dentro de si todo el bagaje de opciones a elegir, y a la vez tiene las virtudes y los defectos que el juego conlleva. Los entrenadores a lo sumo son los artífices de otorgar una idea en el equipo para que su rendimiento tanto en lo individual como en lo colectivo tengan mejores desarrollos y un amparo adecuado.
Que algo quede claro, estoy convencido que han habido y hay excelentes formadores y entrenadores , caso de Laureano Ruiz, Johan Cruyff, Jorge Valdano, Ángel Cappa y varios más , pero su principal virtud radica en entender cómo y cuales son las formas de llegarle al jugador, cual mensaje usar, cómo guiar más que imponer. Es una tarea ardua, que requiere de un tino especial, el no dejarse absorber por ese ego señalado en párrafos pasados. Cierro esta nota con una gran reflexión de Oscar Cano :
¨Los conceptos, como todo, se alojan en el interior de los protagonistas del juego. Siempre en ellos, desde ellos hacia el juego, y del juego de nuevo hacia ellos¨ .
Por David Aguirre Ramirez.
@davidaguirre1
