Mi amigo Sergio Fernández con otra obra genial, los dribladores. Los invito a leer y entender ese gran arte.
David Aguirre.
Ver jugar niños, es fútbol en estado puro, jugar en la calle, parques, potreros…, es el fútbol sin manipulaciones, puro, inocente. Niños de 7-10 años agarran la pelota para emular a sus ídolos y no la pasan, no hay táctica, ni disciplina de juego, la llevan, regatean, conducen, hasta que fatalmente otro le arrebata el “tesoro” y el juego cambia de dirección. Buscando espacios y huecos para colarse con la pelota, entre los rivales, hasta llegar a la portería, y regateando al portero marcar un GOL.
Estos chicos son felices y se divierten con ese juego, pero queriendo emular a los profesionales, son reclamados por equipos “organizados”. Fichados precisamente por las cualidades que demostraron jugando en la calle, regate, desborde, inteligencia, picardía, habilidad, sentido del juego innato, físicamente coordinado..etc.
Pronto desaparecen estas cualidades, en cuanto pierde un balón en una zona comprometida y se produce un gol en contra (nadie valora que es un aprendiz y su socio infatigable es “el fallo”) , la orden es tajante prohibido regatear, juego directo, largo, diagonal (es decir en el fútbol base es jugar al patadón) buscando la segunda jugada, y si la perdemos, la perdemos lejos de nuestra portería, “aquí no se regatea, entendido”. Y poco a poco ese chico que era eléctrico con el balón, va perdiendo el maravilloso arte del regate, engaño, finta, desborde…etc.
El arma principal de un futbolista es el control del balón, seguido del regate. El propio control puede ser un regate (también pase, tiro, despeje, etc). Si no se aprende de chico, nunca aprenderá a regatear (si lo tiene no caparle, no negarle ese don). Hay que enseñarle la técnica del regate. Como hacerlo, preferible en carrera a parado ( así es muy difícil, pocos jugadores han conseguido dominar esta acción, Figo, Butragueño). Distancia de ejecución, lejos no desbordas le da tiempo a replegarse antes del regate; muy cerca, te echas encima del rival, te saca la pierna y se la lleva. Después del regate cambio de ritmo, muy importante, para dejar al rival fuera de la jugada y no darle posibilidad de entrar en la jugada (normalmente el regateado se queda parado y vuelve al trote). Realizar el regate por ambos lados ya que la mayoría lo realizan siempre por el mismo lado, se perfeccionan en un regate, si no tienes salida a dos lados, el defensor con tapar la salida te arrebata la pelota siempre. A los defensores les explicamos en la escuela, que vamos caminando por la calle, y con la posición del cuerpo obligo a los transeúntes a cruzarse conmigo por el lado que yo quiero, es decir la gente pasa por el lado de la acera que yo les doy opción. En el regate igual, me regatea por donde yo quiero, le doy la salida mala para él. Otro aspecto muy importante, nunca se regatea hacia el lado donde esta el compañero, mejor le doy un pase (no hago de cartero) y no llego con el balón y el rival. El regate siempre precedido de finta, engaño y cuando el saque una pierna y la apoye en el suelo es cuando yo tiro el regate, salgo hacia la pierna de apoyo, o al lado contrario donde venció el cuerpo.
Los entrenadores debemos permitir que los chicos regateen, explicando el como y donde y para qué. Asumiendo que son aprendices y que inevitablemente van a fallar y perder la pelota, no se debe reprimir. Como dice Laureano: “como pretendemos que un pájaro aprenda a volar si le rompemos un ala”. Están en la edad de formación y el resultado no debe estar por encima de todas las cosas. Como digo siempre, el verdadero partido se gana con 22 años en el Bernabeu, no ahora, ahora no. Y añado una pregunta para los chicos, padres y entrenadores “¿Qué es lo primero que aprende un Médico? Pensativos los chicos dicen: tomar la temperatura, dar puntos, poner inyecciones…etc. Y les respondemos “A leer y escribir con 5 años, luego a sumar, restar…. Hasta los 28 años que se hacen Médicos. En fútbol igual primero aprender luego serás profesional¨
En la mayoría de los deportes. Tenis, ajedrez, judo, basket, waterpolo, volleyball, etc , primero están un periodo largo de tiempo aprendiendo el juego, las reglas etc. Antes de iniciarse en la competición. En fútbol no hace falta ¡INCREIBLE!, pero es cierto. Un chico ficha un jueves, conoce a los compañeros un viernes y el sábado juega y lo peor es que ha sido el mejor, metió dos goles y no había jugado nunca al “fútbol”?. La lectura es que llega limpio, “si había jugado” en ese fútbol maravilloso de la calle donde sin regate, engaño, finta, y todo un repertorio técnico, no eres nadie. Luego entra en la dinámica del equipo: entrenamientos físicos (carrera continua), acciones combinativas sin oponente, o en actitud pasiva, tiros a gol sin rival, es decir un fútbol “serio”, hasta que le convierten en un jugador como los que tienen en el equipo, incapaz de superar la oposición de un rival, vulgar, previsible, de pases vistos y previstos, largos a ninguna parte. Todo para no perder el partido. Un axioma que usan muchos de estos DT: “el partido le gana el equipo, que comete menos errores”. Privan la libertad de acción del chico, dura pero real verdad que usan, y errada.
Una anécdota. Fuimos a ver un partido (de una selección cantabra) para ver un jugador y el equipo se presenta en el campo sin entrenador (estaba trabajando), al finalizar la primera parte ganaban 3 a 0, con un gran juego, de imaginación, toque y muy vistoso. En la segunda parte llegó el entrenador, dando grandes voces, ordenó, organizó el equipo y puso orden. Perdieron cinco a tres. Quien es el culpable, el chico o el DT?
Por Sergio Fernández Sobrino
@fernandez_sobri
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