¨El secreto del exito es la constacia del proposito. ¨
(Anonimo)

miércoles, 28 de marzo de 2012

La enseñanza del D.T.



Hace pocos días escuchaba vía radial una entrevista a un D.T. de las categorías formativas de un club y que llevaba varios años en ese rol,  y traté de poner atención en sus palabras y sobre todo oírlo detenidamente. 



El D.T. entrevistado sobre todo puso especial énfasis en lo que había logrado a nivel de títulos en las menores, campeón en la sub 12, campeón en la sub 14 y así en varias edades. Sorpresivamente, o quizás no, jamás le escuché decir "me enorgullezco de haber formado a este jugador, o bajo mi formación logré llevar a 10 o 15 jugadores a Primera". Y eso, por no ir en temas más profundos como pedirle que comente sobre la identidad a los equipos que él dirige o que detalle cuantos conceptos había logrado enseñar a los chicos. No, simplemente quería oír algo que no sea el clásico "gané todos estos títulos".
 
Que algo quede claro, soy un defensor de buscar siempre la victoria y creo que hay que formar a los chicos con una mentalidad ganadora, pero no se puede crecer sólo y bajo ese fin, o al menos no desprestigiando valores claves como los fundamentos para jugar, la técnica, el aprendizaje del juego. Y en ese aspecto el niño si depende mucho de lo que su entrenador le transmita, del mensaje que sepa darle. Es muy complicado para cualquier persona, y mucho más para los ligados al fútbol, desprenderse de cierto ego e ir en pos de hacer crecer a un jugador, porque en ese crecimiento está implícito las posibles dudas o fracasos que tenga ese niño - jugador y por lógica pura puede verse manchado el nombre y prestigio del formador. Porque se confunden los conceptos y se cree que exclusivamente el éxito corresponde al logro de algún o algunos títulos, cuando el camino victorioso realmente está marcado por otras valoraciones.
 
Los títulos, los logros de campeonatos, son circunstancias que al chico, con el paso de los años, le servirán para guardar en su memoria e ir a ella para recordar gratos momentos pero la real calidad del trabajo del formador se ve en lo que ese pequeño jugador aprendió en su desarrollo individual, en su técnica individual, en su aprendizaje táctico y en tantas variables mas en el juego, inclusive y claro está en su disciplina como deportista. Eso no se le olvida nunca y eso si lo podrá usar toda su vida, siendo un jugador profesional o un deportista amateur si el caso lo amerita. Y eso lo agradecerá mucho más que si fue o no campeón 5 o 6 veces siendo un jugador juvenil. 
 
Hay un agravante: cuando ese caso, del D.T. que aspira a llenar su hoja de vida plasmada de títulos sea del modo que fuera, dirige un equipo de Primera. Hace poco pensaba "cuál fue el último D.T. a nivel nacional del cual yo pueda decir dejó formado un camino, una senda por la cual puedan transitar otros D.T. cuando el deje su cargo"? Y mi propia respuesta fue clara, como triste: Ninguno. Si,  ninguno. Creo que iba por ese camino Sampaoli en Emelec pero la oferta de la U. de Chile cortó rápidamente un proceso y no nos permitió salir de dudas sobre que rumbo tomaba el cuadro azul. Un entrenador no puede presagiar si será campeón o no pero si puede, o debe, ir trabajando las formas y las bases para dejar sentada una estructura sobre la cual su equipo se sostenga para cuando el no esté. Algún día el no estará pero si deja formado bases de juego sólidas y que se sostengan con el paso de los años, ahí si radica su triunfo, ahí si radica su verdadero éxito. Eso no será algo aislado, será algo permanente, algo durable. Marcará una huella. Creo que el Profe Soler del Deportivo Cuenca va por buen camino en este aspecto, ojalá no me equivoque. 
 
Para que se valide lo que digo se necesita del respaldo y valentía del directivo, que mas allá de resultados inmediatos, logre identificar cuando el D.T. puede, de modo significativo, aportar pero sobre todo dejar un futuro. Las urgencias siempre parecen ser o ir primero que los plazos y lo primero que se ve son los resultados desde lo cuantitativo pero no desde lo cualitativo, desde los números pero no desde la forma. Alejarse de los fantasmas de si ganar o perder es todo en el fútbol es el primer paso. Difícil, pero posible. Los títulos terminan siendo muchas veces estadísticos pero la enseñanza es eterna. Eso nunca se olvida. Mientras cierro este artículo me quedo con la sensación de no tener la certeza de cuando podré oír a un formador que más que hablar de sus campeonatos,  se enorgullezca de lo que enseñó. No pierdo la fe.

Les comparto esta frase de Dante Panzeri de la cual me hago eco y reflexiono mucho: "Cambiar este fútbol exige destruir. Destruir lo que lo está destruyendo. Para poder entonces construir".

Por David Aguirre Ramirez.
@davidaguirre1

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