Sin dudas estas últimas semanas a nivel mundial han estado cargadas de
fútbol, cargadas de emociones y de partidos vibrantes a nivel mundial.
Eurocopa, Copa Libertadores, definiciones importantes en varios torneos, etc. Y
dentro de estos duelos me quiero detener en las actuaciones, que una vez más,
nos brindaron dos jugadores de excepción: Andrea Pirlo y Juan Roman Riquelme.
Por qué es necesario para mí hacer este artículo? Se vuelve necesario al ver jugadores que sienten el fútbol que realizan, que más que jugar fútbol entienden su fútbol y eso jamás lo debe desprestigiar un jugador. Desde su juego entienden lo esencial del fútbol: "El buen jugador no brilla, brilla el juego que produce ese jugador". Jugar por y para el colectivo, mostrarse para lograr que los demás entren en un sentido colectivo que brinde coherencia a la idea y sentido que todo equipo necesita. En momentos en los que la oscuridad parece acechar las formas de sus conjuntos, siempre asoman ellos con el pase adecuado para hallar la solución al problema y para tornar las dudas en certezas. Todo en base a sus inflluencias.
Lamentablemente, muchos hoy en día confunden los aspectos. Se los llama "jugadores lentos", por la apariencia desde el desarrollo físico en las canchas y no hay nada más lejos de la verdad. La verdadera rapidez del jugador consiste en su velocidad mental y en la ejecución de la misma, y en eso hay pocos jugadores mas lúcidos y claros que Pirlo y Riquelme, casi siempre con el pase adecuado en la zona y momento preciso. Y esa elección, que luce tan sencilla , es de las más complicadas en el fútbol. Lo complejo volverlo simple y lo simple volverlo efectivo para el colectivo. Eso lo hacen los jugadores tocados por la varita, como ellos dos.
La Eurocopa de Pirlo es un canto a la pelota. Acudir a ella como refugio y como fin, como bandera de lucha. De la mano de Prandelli se observa una distinta Italia y a un Pirlo más a gusto, siendo ese referente que marca los tiempos de la salida, el ritmo de la tenencia y los caminos ofensivos a tomar. Su trascendencia se ha vuelto aún mayor con la presencia de una Italia mejorada en rubros ofensivos. Ante Inglaterra tuvo el señorío del volante que se sabe confiado de su juego, con ese panorama claro que lo caracteriza. Maneja los dos perfiles, sabe cuando tocar corto y cuando largo, conoce los secretos del puesto. Aplaudamos.
De Riquelme y su desempeño en Copa Libertadores hay poco que descubrir: debe ser, y sin afán de sonar exagerado, el jugador que mejor le sienta la Copa Libertadores. Brilla, se hace dueño de los partidos y asume ese rol de liderazgo con mayor prestancia. Ante Fluminense y ante la U de Chile acudió a lo que mejor sabe hacer, mover el colectivo bajo su tutela y generar espacios en zonas que generan daño al rival. Si no fuera por la ineficacia de Mouche, a quién le dio tres pases gol muy claros en Chile (va muy bien al espacio, muy mal en la resolución) quizás hoy se hablaba de un Boca que superaba a la U tanto de local como de visitante. Por cierto, antes que alguien piense el tema trillado de su paso por Europa, NO hay que olvidar que Riquelme tuvo una actuación muy brillante en ese Villarreal que llegó a semifinales de Champions, instancia record del equipo español. No hay que tener memoria selectiva en estos temas.
Para finalizar, mi afán con este artículo no es comparar a Pirlo con Riquelme, en donde para mí saca ventaja el italiano, mi deseo es mostrar a dos jugadores que no traicionan el juego que sienten, no traicionan a la pelota. En tiempos en donde abunda el discurso, ya bastante cansino e inútil, de "fútbol moderno" o "fútbol antiguo" , ver a ellos nos recuerda que el fútbol es uno solo, y que hay y habrán esencias eternas en este deporte, y la más importante es el balón. Respetarlo, cuidarlo, poseerlo, tratarlo bien. Si alguna vez tienen ganas de apreciar estos detalles que les digo, basta con ver un partido de ellos y de seguro no se sentirán defraudados.
Por qué es necesario para mí hacer este artículo? Se vuelve necesario al ver jugadores que sienten el fútbol que realizan, que más que jugar fútbol entienden su fútbol y eso jamás lo debe desprestigiar un jugador. Desde su juego entienden lo esencial del fútbol: "El buen jugador no brilla, brilla el juego que produce ese jugador". Jugar por y para el colectivo, mostrarse para lograr que los demás entren en un sentido colectivo que brinde coherencia a la idea y sentido que todo equipo necesita. En momentos en los que la oscuridad parece acechar las formas de sus conjuntos, siempre asoman ellos con el pase adecuado para hallar la solución al problema y para tornar las dudas en certezas. Todo en base a sus inflluencias.
Lamentablemente, muchos hoy en día confunden los aspectos. Se los llama "jugadores lentos", por la apariencia desde el desarrollo físico en las canchas y no hay nada más lejos de la verdad. La verdadera rapidez del jugador consiste en su velocidad mental y en la ejecución de la misma, y en eso hay pocos jugadores mas lúcidos y claros que Pirlo y Riquelme, casi siempre con el pase adecuado en la zona y momento preciso. Y esa elección, que luce tan sencilla , es de las más complicadas en el fútbol. Lo complejo volverlo simple y lo simple volverlo efectivo para el colectivo. Eso lo hacen los jugadores tocados por la varita, como ellos dos.
La Eurocopa de Pirlo es un canto a la pelota. Acudir a ella como refugio y como fin, como bandera de lucha. De la mano de Prandelli se observa una distinta Italia y a un Pirlo más a gusto, siendo ese referente que marca los tiempos de la salida, el ritmo de la tenencia y los caminos ofensivos a tomar. Su trascendencia se ha vuelto aún mayor con la presencia de una Italia mejorada en rubros ofensivos. Ante Inglaterra tuvo el señorío del volante que se sabe confiado de su juego, con ese panorama claro que lo caracteriza. Maneja los dos perfiles, sabe cuando tocar corto y cuando largo, conoce los secretos del puesto. Aplaudamos.
De Riquelme y su desempeño en Copa Libertadores hay poco que descubrir: debe ser, y sin afán de sonar exagerado, el jugador que mejor le sienta la Copa Libertadores. Brilla, se hace dueño de los partidos y asume ese rol de liderazgo con mayor prestancia. Ante Fluminense y ante la U de Chile acudió a lo que mejor sabe hacer, mover el colectivo bajo su tutela y generar espacios en zonas que generan daño al rival. Si no fuera por la ineficacia de Mouche, a quién le dio tres pases gol muy claros en Chile (va muy bien al espacio, muy mal en la resolución) quizás hoy se hablaba de un Boca que superaba a la U tanto de local como de visitante. Por cierto, antes que alguien piense el tema trillado de su paso por Europa, NO hay que olvidar que Riquelme tuvo una actuación muy brillante en ese Villarreal que llegó a semifinales de Champions, instancia record del equipo español. No hay que tener memoria selectiva en estos temas.
Para finalizar, mi afán con este artículo no es comparar a Pirlo con Riquelme, en donde para mí saca ventaja el italiano, mi deseo es mostrar a dos jugadores que no traicionan el juego que sienten, no traicionan a la pelota. En tiempos en donde abunda el discurso, ya bastante cansino e inútil, de "fútbol moderno" o "fútbol antiguo" , ver a ellos nos recuerda que el fútbol es uno solo, y que hay y habrán esencias eternas en este deporte, y la más importante es el balón. Respetarlo, cuidarlo, poseerlo, tratarlo bien. Si alguna vez tienen ganas de apreciar estos detalles que les digo, basta con ver un partido de ellos y de seguro no se sentirán defraudados.
Gracias Pirlo y gracias Román. Los dejo con esta frase de
Cruyff "El juego sencillo es el más precioso. La solución que parece
más fácil es de hecho la más difícil" .
Por David Aguirre Ramirez.
@davidaguirre1
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